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Una forma oculta de maltrato institucional y de género
La violencia obstétrica (VO) es una forma específica de violencia que fusiona el abuso de género y el abuso institucional, manifestándose en diversas formas de maltrato y atención irrespetuosa durante el embarazo, el parto y el posparto. Este tipo de violencia, ya sea por acción u omisión, perjudica a las mujeres en los servicios sanitarios tanto públicos como privados.
La VO se caracteriza por una serie de prácticas abusivas que despojan a las mujeres de su autonomía para tomar decisiones informadas sobre su cuerpo, su sexualidad y su salud reproductiva. También refleja una importante falta de atención compasiva y de calidad. Esta violencia no sólo es infligida por proveedores de atención sanitaria individuales -a veces intencionadamente, pero a menudo como parte de prácticas rutinarias- sino también por los sistemas sanitarios en su conjunto, especialmente cuando las condiciones de los centros sanitarios están muy por debajo de los estándares aceptados.
Las manifestaciones de la VO son variadas e incluyen el uso excesivo de intervenciones médicas, como cesáreas innecesarias, episiotomías y otros procedimientos incluso en partos de bajo riesgo. Las mujeres también pueden sufrir abusos físicos y verbales, como la infantilización, la discriminación y los procedimientos médicos coercitivos o no consentidos. Otras formas de VO incluyen la violación de la confidencialidad, la no obtención de un consentimiento plenamente informado, la denegación del alivio del dolor y la violación de la intimidad.
Reconociendo la gravedad de este problema, organismos internacionales como las Naciones Unidas (2019), el Consejo de Europa (2021), el Parlamento Europeo (2019, 2024) y la Comisión Europea (2024) han definido la violencia obstétrica como una violación de los derechos humanos, calificándola tanto de violencia de género como de violencia institucional.
Es importante señalar que la mayoría de los casos de VO no son intencionados. Más bien se perpetúan a través de rutinas normalizadas y de un enfoque del embarazo y el parto basado en el riesgo. La VO es profundamente estructural e interseccional, arraigada en las normas sociales, las desigualdades sanitarias, los estereotipos de género, las jerarquías profesionales y la dinámica de poder entre las mujeres y los profesionales sanitarios.
Y lo que es más importante, todas las mujeres, independientemente de su situación económica, su nivel educativo o su origen sociocultural, corren el riesgo de sufrir violencia obstétrica. Este problema generalizado exige una atención y una acción urgentes para garantizar que todas las mujeres reciban la atención respetuosa y compasiva que merecen durante uno de los periodos más críticos de sus vidas.